La Biblioteca Nacional de España se presenta como símbolo de la más alta cultura nacional.
Sabedora del aprecio por su imagen, se deja querer cual jovencita del
pasado el día de su puesta de largo. Baja la escalinata ante la
admiración de los invitados y con la esperanza de encontrar entre ellos
candidatos a unir sus recursos a la belleza de nuestra protagonista.
Dicho de otra manera, busca socios que le aporten la solvencia económica
de la que carece.
Pestañea rítmicamente, con coquetería, mientras saluda a los aspirantes.
- ¡Estás preciosa!- suspiran los dueños del vil metal.
Lo mismo que el espejo, ante el que ha estado ensayando como una Betty Boop. Sabe que sólo tiene que dejarse ver, para encontrar al príncipe azul que la quiera rescatar de su escasez. No piensa en si ese príncipe azul desteñirá al segundo lavado. Le han enseñado a ser práctica: basta simplemente con olvidar que casi todos los del IBEX tienen filiales en paraísos fiscales. Y es que el tiempo apremia, puesto que pronto una ley certificará su mayoría de edad y deberá vivir en sociedad de forma más autónoma.
No importa si alguien canta “Tainted love”, por unas manchas que no se irían ni con la arielita. Se le podrían chamuscar sus bonitas pestañas e incluso los pelillos de la nariz, pero eso no va a ocurrir; está todo controlado. Y hay un objetivo que cumplir.
Pestañea rítmicamente, con coquetería, mientras saluda a los aspirantes.
- ¡Estás preciosa!- suspiran los dueños del vil metal.
Lo mismo que el espejo, ante el que ha estado ensayando como una Betty Boop. Sabe que sólo tiene que dejarse ver, para encontrar al príncipe azul que la quiera rescatar de su escasez. No piensa en si ese príncipe azul desteñirá al segundo lavado. Le han enseñado a ser práctica: basta simplemente con olvidar que casi todos los del IBEX tienen filiales en paraísos fiscales. Y es que el tiempo apremia, puesto que pronto una ley certificará su mayoría de edad y deberá vivir en sociedad de forma más autónoma.
No importa si alguien canta “Tainted love”, por unas manchas que no se irían ni con la arielita. Se le podrían chamuscar sus bonitas pestañas e incluso los pelillos de la nariz, pero eso no va a ocurrir; está todo controlado. Y hay un objetivo que cumplir.