miércoles, 17 de septiembre de 2014

La Biblioteca Nacional de España como microcosmos

A la espera de la ley que le devolverá el rango de Dirección General, la Biblioteca Nacional de España lleva tiempo inmersa en una cuidada campaña propagandística a través de los medios de comunicación. Toda ella va claramente orientada a cumplir uno de los principales objetivos, y posiblemente el más apremiante, el que la propia directora denomina adaptar la BNE a la realidad presupuestaria. En cada una de estas apariciones, se presenta a la Biblioteca como depositaria del saber y baluarte de la cultura, con ese aire señorial de su edificio neoclásico. El mensaje indirecto es siempre el mismo: patrocinadores, venid a mí, asociad vuestra empresa a la imagen de la BNE y así la de vuestra marca saldrá reforzada. Es pura estrategia comercial, de simbiosis, en la que ambas partes se benefician: la compañía que pone el dinero se cubre, con ello, de la pátina y el prestigio implícitos en la tricentenaria institución.

El problema de fondo es que esa codiciada imagen es, en realidad, Photoshop o, en el mejor de los casos, una foto parcial. Porque, paradójicamente, cuanto más se oferta en público la BNE como referente de la cultura en español, en paralelo, más se está deteriorando su situación interna. Concretamente, las condiciones laborales del personal externo. Los pliegos de cláusulas administrativas que Ministerio y Biblioteca Nacional sacan a licitación pública para proyectos de sus distintas secciones condenan a los subcontratados a sueldos de miseria, equivalentes en la práctica a la prestación por desempleo, pero con la "ventaja" de que, a cambio de recibirlo, se trabaja. Para los empleados, es como realizar los llamados trabajos en beneficio de la comunidad.

¿Para qué haber estudiado varias carreras?, ¿para qué ser políglota y tener tantos años de experiencia bibliotecaria, la mayor parte en la BNE? Para cobrar un salario de limosna. Esa institución que proclama a los cuatro vientos ser el sanctasantórum de la cultura, valora las sólidas formación humanística y técnica y nuestra experiencia profesional en unos 800 euros. Para ellos somos parias, no valemos nada. Todo el dineral invertido por los padres en darnos una buena educación desde la infancia, y el tiempo dedicado por nosotros a formarnos, se topan ahora con este neoliberalismo despiadado. Despiadado porque no reconoce la valía de quienes sacan adelante la mayor parte del trabajo en la Biblioteca: hormiguitas subcontratadas, lo que Unamuno llamó "intrahistoria". Y cruel porque coarta nuestra autorrealización como profesionales preparados para dar lo mejor de nosotros mismos, también como justa devolución del gasto público destinado previamente a nuestra capacitación. La máxima aspiración es, según la pirámide de Maslow, sentirse autorrealizado como persona. Eso no puede conseguirse si nos lo impiden en lo laboral, área fundamental de la vida. Pero a los responsables de esta situación no les importa.

CULTURA es mucho más que presumir con esa palabra colocada en el frontispicio, es más que albergar, en distintos soportes, el patrimonio de las generaciones precedentes. Cultura es asimilar los conocimientos que nos han sido legados, y aplicarlos cada día. Es aprender para saber, y defender los valores universales: equidad, solidaridad, ética... Desoyen, por ejemplo, la teoría del bien común de Christian Felber, bien implantada en otros países.

¿Y la responsabilidad social corporativa? Es molesto ver "cocktails" en los actos de la Biblioteca Nacional, más aún si es justo cuando el Banco de Alimentos pide desesperadamente colaboración a toda la sociedad.

Como a Antonio Machado, duele España, y la Biblioteca se nos presenta como un paradigma de los males que lastran el desarrollo de nuestro país desde hace siglos, cual microcosmos que reproduce a escala nuestra idiosincrasia. Esos males han sido denunciados por intelectuales, historiadores y escritores, actuales y del pasado, como Larra –honrado, no hace tanto, con una exposición en la propia institución.

Causa de la crisis actual en España fue que, durante años, se invirtió en proyectos de rentabilidad inmediata, en lugar de hacerlo en sectores más sólidos pero cuyos resultados se generan a largo plazo. Y la conocida correlación establecida entre la diferencia de mentalidad católica y la protestante, con el desarrollo socioeconómico y cultural alcanzado por las sociedades impregnadas respectivamente por tales tradiciones. Los protestantes no admiten intermediarios entre ellos y Dios, lo que les hace directamente responsables de sus actos; el trabajo es la aportación individual al bien común. Mientras, en la religión católica, y en sociedades con esa tradición, la persona se libera de sus pecados mediante la confesión, y el trabajo ha sido considerado un castigo ("ganarás el pan con el sudor de tu frente").

Vivimos un momento crítico que exige la implicación responsable de todos y cada uno si queremos salir adelante como sociedad, y para no avergonzarnos de las condiciones que legaremos a nuestros hijos. Eso implica defender valores universales, la justicia social, la ética en los salarios; en definitiva, la dignidad como personas en este Occidente del que nos cuentan que es desarrollado. Dignidad salarial es lo que reivindicamos en este cuaderno de bitácora, como un ejercicio de democracia participativa, la única aceptable ya en el siglo XXI.

23 comentarios:

  1. Entusiasta de la cultura17 de septiembre de 2014, 17:08

    La Biblioteca Nacional debería ser un ejemplo para todas las instituciones bibliotecarias del país, y lo que es esa vieja reliquia que todos guardan un un desván llena de polvo.

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  2. La buena imagen se vende de puertas para afuera, y también debería cuidarse de puertas para adentro.

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  3. Bibliotecaria precaria17 de septiembre de 2014, 18:53

    A la BNE se le llena la boca hablando de cultura y de profesionalidad cuando en realidad es la primera que la tira por los suelos

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  4. Si de lo que se trata es de ser un referente nacional e internacional, cuidemos entre todos el patrimonio bibliográfico y documental y cuidemos a sus profesionales, pieza clave de cualquier sistema bibliotecario. Dirigentes de la institución miren hacia dentro y actúen. Si quieren ser una institución puntera, no permitan el empobrecimiento de las condiciones laborales de los bibliotecarios que desarrollan su labor profesional en la misma

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    1. Unasimplebibliotecaria21 de septiembre de 2014, 22:44

      No podias haberlo dicho mejor!

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  5. Estupendo artículo, una gran verdad.

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  6. A la Biblioteca Nacional le da lo mismo. Mientras los asientos de muchos de los que están ahí sigan calientes, lo que le pase al fondo bibliográfico y a los trabajadores externos (y a algunos compañeros funcionarios que disienten de la política asquerosa que se está llevando a cabo en esta tan "respetable" institución) las cosas seguirán por los mismos derroteros. Después se quejarán de que se les ha congelado el sueldo o les han recortado. Mientras el juego no vaya con ellos, todo va bien. Mientras tanto, 58 personas buscan trabajo junto a otros tantos millones de parados, por no haberse bajado los pantalones y trabajar por sueldos irrisorios. Sueldos cuyos principales responsables, y que se entienda de una vez, están sentados en los puestos importantes de la centenaria institución. ¿Y qué más da? Como a mí no me toca.

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  7. Lo importante es la fachada, lo de dentro ya es otra historia. Esta demostrado. Es triste que en este país no se valore la experiencia ni el trabajo buen hecho, todo por la pasta. Lo demás no importa

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  8. Qué grandes esas exquisitas fiestas de ágapes y cócteles para esas figuras "importantes" que visitan la Biblioteca Nacional. Cómo se engalana y se pone en marcha la mejor maquinaria hostelera para servir e impresionar a tanto señor y señora, a tanto don y doña. Con qué sutilidad y elegancia se esconde a los trabajadores externos cuando se celebran esas pitanzas para contentar a tanto Grande de España. A menudo me he preguntado cuánta de esa gente habrá leído un libro o conocía al personaje literario que nos visitaba. Pero es genial ver cómo la BNE atrae a su público de puertas para afuera a la vez que expulsa a tantos profesionales desde sus adentros, como si el trabajo serio la indigestara tanto que tiene que vomitarlos cuanto antes.

    Yo me apunto a la próxima fiesta de canapés. ¿Y vosotros?

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    1. Unasimplebibliotecaria21 de septiembre de 2014, 22:47

      Yo me apunto contigo! a ver si yendo a esos cocteles nos va mejor que estudiando carreras y teniendo muchisimos años de experiencia catalogando!

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  9. Totalmente de acuerdo. ¡Cómo nos sacaban a escondidas, como si fueramos algo de lo que avergonzarse! Sin embargo, la BNE tiene otras cosas todavía más vergonzosas que trata de esconder, como, por ejemplo, hacer que sus trabajadores externos cobren sueldos míseros, ningunerales, hacer como que no existen y nunca han existido, negarles tanto de cara al exterior como de puertas adentro, y al mismo tiempo, aprovecharse de su trabajo, de sus conocimientos y de su esfuerzo (aunque algunos intenten negarlo). Es de regímenes anteriores tratar de esconder a unos trabajadores que salen tranquilamente al finalizar su jornada laboral, mientras la BNE lame el ilustre culo de unos cuantos invitados que mueven ignorantes sus elegantes mandíbulas mientras piensan que el trabajo de la biblioteca lo hacen tres funcionarios con ayuda de unos gnomos que vienen por la noche. Por eso estamos nosotros aquí, para denunciarlo. Han mordido más de lo que pueden tragar. O lo que es lo mismo, su ego extiende cheques que su cuerpo no puede pagar.

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    1. Bartleby lo explicas divinamente.
      ¡La BNE da vergüenza ajena!

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    2. Unasimplebibliotecaria21 de septiembre de 2014, 22:50

      Que gracia "gnomos que vienen por la noche a ayudar"!!!! jejejeje Bueniiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimo!!!!!

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  10. Me ha encantado el nuevo post! Muy bien escrito, muy bien elaborado. Pero ciertamente es todo una "operación de maquillaje" para ligarse a los patrocinadores. En realidad a los dirigentes de esta institución no les importa en absoluto la suerte de sus trabajador@s y ex-trabajador@s. Porque como ya se ha comentado "a mi no me toca". Responsabilidad social cero.

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  11. Es tanto el desprecio por quienes trabajaban hasta ahora en este proyecto que ha finalizado en ERE, que el hecho de que en la entrevista con la propia directora de la BNE ésta sugiriera que ofreciera Castor lo que ofreciera se cogiera "porque es lo que hay" es TOTALMENTE INDIGNANTE. En lugar de preocuparse por las condiciones laborales alguien que tiene un sueldo que triplica, cuadriplica, ...? la cantidad que anima a aceptar!!!

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  12. Lamentablemente, es lo que hay. Y lamentándonos no conseguiremos nada. Recuerdo que hace unos años, cuando se empezó a hablar de mileurismo, quien pasaba de 1000€ y se quejaba, decía, "es lo que hay". Luego se llegaba a los 1000€ raspones, "es lo que hay". Ahora el mileurismo es casi una utopía, y la gente se conforma con 700, 800, los más afortunados 900€, y se sigue diciendo "es lo que hay". Si no se hace algo siempre se estará con "es lo que hay" y nos seguirán recortando el sueldo. Hay que plantarse en algún punto no?

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    1. Unasimplebibliotecaria21 de septiembre de 2014, 22:53

      Cierto, y mas cuando los que ponen nuestros sueldos no huelen los 900 ni 1000 ni de lejos!!!! Ojala un dia se cambiasen las tornas y tuviesen que cobrarlos ellos y llegar, no digo a final de mes, sino a mediados!!!!!!

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    2. Afortunada tu q llegas a mediados..... eres una pija de la vida!!! jeje. humor y alegría q es lo q les jode!!

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  13. Es una pena...ojalá las cosas cambien. Debemos unirnos en esta lucha por la dignidad laboral porque la dignidad es para todos y no sólo para unos pocos

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  14. De repente a la señora directora no le gusta que se exterrnalicen los servicios de la biblioteca, se lo estará pensando mejor, o estará leyendo este blog?

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  15. Lo que debería hacer la Sra. Santos es defender la institución que representa y a sus trabajadores (también a los externos) y DENUNCIAR los recortes a los que se ve sometida su "santa casa", como han hecho en el Reina Sofía o el Prado y no defender el "más por menos" o "tirarse el rollo" de que está en contra de la externalización cuando es una práctica que viene usado su "santa casa" desde del siglo pasado.
    Este país está lleno de "palmeros" y de gente cobarde que lo único que le preocupa es no perder su status; impera el "no moverse por si no salgo en la foto"... y así nos va.

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  16. Imagino que la BNE irá a lucir palmito a LIBER, la XXXII Feria Internacional del Libro, que se celebra del 1 al 3 de octubre en Barcelona. Aunque la realidad que se vive entre sus muros sea como la "longa noite de pedra" acuñada por C. Emilio Ferreiro.
    "Culturicidio" debido al afán desmedido por recortar y recortar en los concursos de externalización, sin importarle las nefastas e inminentes consecuencias en la calidad de tales servicios.
    Hoy mismo, el nuevo informe de la OIT pide que en España se suban los salarios para que el consumo no se desmorone. Otra vez más nos lo dicen desde fuera.

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  17. El primer párrafo de este artículo lo resumió muy bien la propia directora de la Biblioteca en su entrevista en Radio Nacional de España, el 11 de octubre. Más claro no se puede decir. Estamos vendidos como carnaza de saldo al capital.
    Sus palabras fueron:

    Yo siempre digo que tenemos que hacer que nos quieran comprar.


    http://www.rtve.es/alacarta/audios/no-es-un-dia-cualquiera/no-dia-cualquiera-quinta-hora-11-10-14/2802639/#aHR0cDovL3d3dy5ydHZlLmVzL2FsYWNhcnRhL2ludGVybm8vY29udGVudHRhYmxlLnNodG1sP3BicT00Jm9yZGVyQ3JpdGVyaWE9REVTQyZtb2RsPVRPQyZsb2NhbGU9ZXMmcGFnZVNpemU9MTUmY3R4PTIwNTQmYWR2U2VhcmNoT3Blbj1mYWxzZQ==

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