Bibliografía Española: seguimos cuidando de ti, por ahora

“La Bibliografía Española recoge los registros bibliográficos de los documentos publicados en España y que ingresan en la Biblioteca Nacional de acuerdo con las disposiciones vigentes de Depósito Legal. Es un instrumento para el control bibliográfico nacional, constituye el registro de la producción editorial española y facilita la difusión del patrimonio intelectual y cultural del país para las generaciones presentes y futuras. En 2013, se hicieron 57.195 registros de monografías (fuente: BNE).

Ese número sale de los registros catalogados, clasificados y procesados en el Departamento de Proceso Técnico de la Biblioteca Nacional de España, alimentando el catálogo bibliográfico, puesto a disposición de los usuarios y sirviendo como referencia para otras bibliotecas. Dado que hay muy poco personal funcionario en dicho departamento que pueda asumir la magnitud de ese trabajo, en algún momento (hace ya 16 años), alguien decidió que era muy buena idea pasar a la externalización del servicio. Hasta hace relativamente poco tiempo, convivían muy bien pero de repente la Administración ha decidido primar la falta de experiencia y la cuestión económica tirando a la baja frente a la calidad de su propio servicio. Todos leímos con estupor en un periódico digital, con palabras de una responsable del departamento, la noticia de que ahora tener en cuenta la calidad y experiencia de las personas sirve de discriminación frente a otros que no la tienen. Lo siguiente es proponer concurso público sin pedir experiencia, titulación o número de personal alguno para una institución que es, no lo olvidemos, cabecera del sistema español de bibliotecas. Muchas personas de la profesión, personal funcionario incluido, opinan lo mismo, y algunos por decirlo han sido censurados, criticados y obligados a pedir disculpas. ¿Estamos en el siglo XXI o en la Edad Media?

Mientras en los periódicos leemos continuamente las maravillas de la Biblioteca Nacional de España, una institución que pretende ser abierta y transparente para el público, hablando desde los despachos de los incunables más que de la realidad bibliográfica de España, 51 personas que llevan realizando un trabajo que se refleja en Bibliografía Española vuelven a estar en un ERE. La responsabilidad directa no es de la Biblioteca Nacional de España, ya que ella no los contrata, aunque contribuye a que surjan este tipo de problemas ya que tampoco parece cuidar a la profesión bibliotecaria como debería.

Es un hecho incuestionable. Siempre existirá el eterno debate entre: sacar más plazas o contratar personal directamente, frente a la externalización de los servicios. Mientras tanto, quien realiza gran parte del trabajo es ese personal del que ahora se quieren deshacer. "La culpa no es de la institución", dirán, "la culpa es del sistema", pero los que se van a la calle son 51 profesionales con amplia experiencia y calidad demostrada en su trabajo. ¿Por qué una persona que lleva realizando su trabajo en Proceso Técnico 8, 10, 15 años, merece menos respeto simplemente por no haber aprobado una oposición? ¿Saben cuánto tiempo se tarda en tener un equipo formado del que no tengan que estar corrigiendo cada registro que se procese? En definitiva, ¿del que no tengan que preocuparse? ¿De verdad a la Biblioteca Nacional de España le interesa perder a profesionales que lo mismo catalogan que clasifican cualquier tipo de material sea recurso electrónico o texto impreso? De verdad, ¿son ustedes conscientes de ello?

Del otro lado tenemos a la empresa, Ever Team, empresa que, habiendo comenzado un proceso de ERE sobre 52 trabajadores que posteriormente ha tenido que retirar ya que se ha prorrogado durante dos meses el contrato con la Biblioteca Nacional (sorprendentemente y en el último momento de las negociaciones), vuelve a notificar un ERE a 51 trabajadores bibliotecarios de la BNE. En estos dos meses de prórroga del proyecto no habrá laguna para Bibliografía Española, y se seguirá trabajando con la misma profesionalidad de todos estos años. Aunque después del 31 de mayo, no se sabe qué sucederá. El siguiente paso, el tiempo lo dirá.