Quint Buchhalz, "En el país de los libros" |
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miércoles, 23 de abril de 2014
Educar, de Gabriel Celaya
Etiquetas:
bibliotecas,
cultura,
educación,
libros
Ubicación:
Madrid, España
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Precioso... el texto y la imagen.
ResponderEliminarFeliz Día del Libro, compañeros.
ResponderEliminarA pesar de todo, me enorgullezco de esta profesión y de haber sido parte de la historia de la Biblioteca Nacional todo este tiempo.
Esto me recuerda el dicho africano:
ResponderEliminarPara educar a un niño hace falta una tribu entera.
Y el otro, del mismo origen, que dice:
Cuando se muere un anciano, se muere una biblioteca.
Como cantaba el desaparecido Germán Coppini:
¡Malos tiempos para la lírica!
Vivimos una pérdida de derechos laborales, con la que retrocedemos en la historia a la época de la revolución industrial. Esto afecta doblemente cuando hablamos de los recortes traumáticos en el ámbito bibliotecario, porque se trata de la cultura, elemento básico para formarnos de manera integral como personas en un mundo complejo y sobresaturado de información volátil y superflua.
Si no amueblas tu cabeza con unos conocimientos "de fondo de armario", estás más indefensa/o para enfrentarte con solvencia a los retos de este mundo globalizado, donde múltiples estructuras de poder tratan de llevarte a su huerto ideológico, al que deberías subordinarte. Sea éste: netamente político, comercial (¡compra, compra!), ocio hueco e inflado (¡no pienses!)
Para vivir tu propia vida, pensar por ti misma/o, necesitas reflexionar, beber de las generaciones que nos precedieron y depositaron su saber en libros y otros soportes de conocimiento. Por eso se dice que los humanos vivimos a hombros de gigantes.
Los políticos y la sociedad en general deben ser conscientes del valor de la función bibliotecaria, como intermediaria en la transmisión de saber. En cambio, la devaluación interna a la que nos está sometiendo la política actual nos condena a salarios míseros e indigos, casi de pobreza.